Comienzo de un psicoanálisis

Sigmund Freud
Sigmund Freud

 

LA INICIACIÓN DEL TRATAMIENTO PSICOANALÍTICO

Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, en su artículo de 1913, titulado “Comienzo del tratamiento“, escribió acerca de como comenzar una psicoterapia psicoanalítica y de la continuación de la misma. Freud compara en citado escrito al psicoanálisis con el ajedrez, donde el comienzo y el final de una partida es reducido, y donde, por el contrario, existen múltiples variantes intermedias. Un ajedrecista novel aprende las aperturas, los “jaque mate”, y las jugadas de los grandes maestros, pero completa y se desarrolla como ajedrecista jugando. Un psicoanalista en formación aprenderá el comienzo y el final de la psicoterapia, y las múltiples variables intermedias las irá aprendiendo con el estudio de la teoría, con la ayuda de los grandes psicoanalistas actuales o del pasado y con la práctica.

Escribió Freud en el citado artículo lo siguiente: “Si intentamos aprender en los libros el noble juego del ajedrez, no tardamos en advertir que sólo las aperturas y los finales pueden ser objeto de una exposición sistemática exhaustiva, a la cual se sustrae, en cambio, totalmente la infinita variedad de jugadas siguientes a la apertura. Sólo el estudio de partidas celebradas entre maestros del ajedrez puede cegar esta laguna. Pues bien: las reglas para la práctica del psicoanálisis están sujetas a la misma limitación”. Y agregó: “La extraordinaria diversidad de las patologías psíquicas, la plasticidad de todos los procesos psíquicos y la infinidad de factores que tenemos que determinar se oponen a la mecanización de la técnica”.

Freud también escribió: “En el tratamiento psicoanalítico no hay atajos…y exige una paciencia interminable, tanto por parte del médico como del paciente“.

Respecto al coste del tratamiento dijo Sigmund Freud: el gasto es importante, pero “lo más costoso en esta vida es la enfermedad… y la tontería”.

Respecto a la norma de que no ha de existir una relación de amistad entre médico y enfermo o la de no analizar a la familia de un amigo o familiar, escribió Freud lo siguiente: “El psicoanalista que se encarga del tratamiento de la mujer o el hijo de un amigo puede prevenirse a perder la amistad, cualquiera que sea el resultado del análisis”, además de que no se conseguirán buenos resultados terapéuticos.

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(Editado por la Dra. Moya Guirao)

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