La agresividad y los espíritus malos

¿ Sabías que…..

los Jialuk piensan, al igual que otras muchas culturas, que las enfermedades están ocasionadas por la posesión de la persona por parte de un espíritu maligno?

Los Jialuk son los habitantes de Ifaluk, un pequeño atolón de Las Carolinas (Micronesia), habitado por 250 personas cuando el antropólogo Melford E. Spiro hizo un trabajo antropológico de campo en los años 1947 y 1948. Los pobladores de esa pequeña isla del Pacífico estaban poco influenciados por la cultura occidental en esos años. (*)

La actividad principal de los habitantes de este atolón era la pesca. Al igual que otros habitantes de este archipiélago la  herencia era “matrilinial”, es decir por vía materna. La sociedad se organizaba en clanes según el linaje. Estos clanes constituían la base de su organización social y económica.

Desde el punto de vista psicológico nos interesa resaltar que en esa pequeña comunidad la norma ética más importante era la prohibición de cualquier conducta agresiva entre sus gentes, cualquiera que fuese su edad, sexo, condición social, o rango. Su ética también incluía otros principios esenciales para la convivencia: ayudarse, compartir y cooperar.
Pero, ¿ cómo manejaban su agresividad estas personas ?, ¿la reprimían?. Este antropólogo americano encontró que los Jialuk tenían una válvula de escape, podían odiar y enfadarse con los espíritus malos. La existencia de alus (espíritus) permitía a las personas desplazar a éstos la agresividad que en origen iba dirigida a una persona. Así la agresividad era canalizada a unos patrones permitidos socialmente.

La religión de los habitantes de Ifaluk tenía dos clases de espíritus (alus), los espíritus benevolentes o buenos (alusisalup) y los espíritus malevolentes o malos (alusengau). Es a estos últimos, los alusengau, a quienes se les atribuye el causar las enfermedades al poseer a una persona de su linaje.
Los espíritus benevolentes intentan ayudar a la gente, y es con la ayuda de los “alus buenos”que el chaman puede exorcizar los espíritus malos.

También  explicaban el nacimiento de algún niño con taras o defectos físicos por la influencia de los espíritus malos.

Los “alusengau” o espíritus malos son las criaturas mas odiadas de Ifaluk por las personas de ambos sexos y de todas las edades.

Spiro pensaba que este mecanismo de descarga de la agresividad era necesario para la supervivencia de un grupo tan pequeño de individuos, y en el que se necesitaba un máximo de solidaridad social para asegurar la supervivencia. Cualquier interferencia o conflicto interpersonal podría entorpecer seriamente tareas tales como la pesca, de las que dependía la vida de la comunidad y que requería la colaboración de todos.

(*) Melford E. Spiro recogió las características de la cultura de este remoto rincón de la Micronesia en un trabajo titulado “Ghost, Ifaluk, and Teleological Functionalism”, y en “Toward a synthesis of Cultural Cognition and depth Psychology”, esta última publicación realizada en colaboración con Catherine Lutz.

 

(Editado por la Dra. Moya Guirao)

 

atolón de Micronesia

 

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