Como hemos comentado en anteriores artículos, Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis , fue quien descubrió que los trastornos mentales o psíquicos estaban relacionados con las experiencias vividas en la infancia y adolescencia. Otros psicoanalistas posteriores como René Spitz, John Bowlby, etc. añadieron nuevos datos, basándose en sus investigaciones, sobre como influyen las experiencias vividas en la salud de las personas.
También hemos publicado en estas páginas investigaciones recientes sobre el efecto de las experiencias vividas en el epigenoma y en el cerebro. Hoy queremos dar a conocer una investigación que acaba de publicar PNAS (Proceedings of National Academy of Sciences), y que ha sido realizada por científicos del King’s College de Londres. Este trabajo, titulado “Early Childhood deprivation is associated with alterations in adult brain structure despite subsequent enviromental enrichment”, ha sido dirigida por la Dra. Nuria K. Mackes.
Los investigadores estudiaron el cerebro de una serie de adultos que habían vivido en orfanatos y que posteriormente fueron adoptados, y encontraron que estas personas que habían sido criadas por padres adoptivos tenían menor volumen cerebral (Microcefalia), y que esta disminución de volumen era inversamente proporcional al tiempo que habían vivido en el orfanato. Y esto ocurría a pesar de haber vivido posteriormente buenas experiencias con los padres adoptivos.
La muestra utilizada en la investigación fue de 67 sujetos adoptados por familias del Reino Unido en Rumanía en la época de Ceausescu. Las edades de los niños en el momento de la adopción era entre 3 y 41 meses de edad. El grupo de control fueron 21 adultos ingleses que habían sido criados por sus padres biológicos.
(Editado por la Dra. Moya Guirao)