¿ Qué es el Trastorno perceptivo persistente por drogas ?
El Trastorno perceptivo persistente por alucinógenos (LSD, hongos alucinógenos, peyote, etc.) es un trastorno de la percepción que consiste en que el antiguo consumidor de alucinógenos experimenta una especie de reminiscencias de lo que vivió bajo los efectos dichas drogas alucinógenas.
El Trastorno perceptivo persistente por alucinógenos surge después que el individuo dejó de consumir la droga, y persiste durante cierto tiempo, generalmente meses. Según nuestra experiencia no suele ir más allá del año, aunque hemos tenido algún caso en el cual el trastorno perceptivo ha durado más.
Tampoco hemos encontrado ninguna publicación en la que se cite caso alguno de persistencia de este trastorno de la percepción por un periodo mayor de cinco años..
Por último, le sugerimos leer los anteriores artículos ya publicados por nosotros sobre este tema, así como los artículos dedicados a la percepción y sus alteraciones. Puede usted encontrarlos en el apartado de entradas relacionadas situado el final de este post.
¿Es la Ibogaina la solución para el tratamiento de la adicción a los opiáceos y otras drogas?
La Ibogaina es un alucinógeno que se está experimentando para el tratamiento de la adicción y elTrastorno de estrés post-traumático. En numerosos países, incluido el nuestro, se esta especialmente estudiando el posible uso de esta sustancia para la deshabituación del consumo de drogas. También se cree que la Psilocibina, sustancia que se encuentra en los hongos alucinógenos, podría ser útil para ese mismo fin.
La Ibogaina se obtiene de un arbusto africano llamado “Tabernanthe iboga”. Ciertas tribus de Gabón y otros países africanos, que practicaban la religión “Bwiti”, usaban la corteza de este árbol para las ceremonias de iniciación de los adolescentes. Las ceremonias o rituales de iniciación eran frecuentes en las culturas primitivas para marcar el paso de la niñez a la edad adulta, lo cual conllevaba que el chico pasaba de vivir en el alojamiento de las “mujeres” al de los “hombres” y, por tanto, a partir de ese momento ya podía participar en actividades típicamente masculinas como la caza o guerrear.
A finales del siglo pasado ya se realizaron varios experimentos murinos (con ratas de laboratorio) sobre la eficacia de la Ibogaina en el tratamiento de la adicción a la heroína, y se halló que la Ibogaína reducía la cantidad de opiáceo que consumían los roedores adictos a la citada droga.
Más recientemente el Dr. Kenneth Alper, profesor de psiquiatría y neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, ha publicado varios estudios sobre este alucinógeno.
Aunque la Ibogaina parece ser más eficaz que la Metadona en el tratamiento de la adicción a la heroína y morfina, al no requerir que sea administrada indefinidamente, tiene el inconveniente de que afecta a la salud cardiovascular desencadenando arritmias mortales. Además, la sobredosis por Ibogaina provoca convulsiones, arritmias y paro cardio-respiratorio.
Alan Davis, profesor de la Universidad Johns Hopkins, publicó en el año 2017 un estudio en el “Journal of Psychedelic Studies” sobre la Ibogaina como tratamiento de la adición a la heroína. Davis, experto en psicodélicos, encuestó a 88 personas, la mayoría de las cuales habían estado utilizando opioides día a día durante al menos 4 años. Estos drogadictos habían sido tratados con Ibogaína en una clínica México (de 2012 a 2015). Aproximadamente el 80% afirmó que la Ibogaína erradicó o redujo drásticamente sussíndrome de abstinencia de opioides.
En un artículo posterior publicado el pasado año en la revista “Chronic Stress“, Alan Davis entrevistó a 51 veteranos del ejército estadounidense que habían
La Psilocibina (DMT), el Éxtasis (MDMA), la Mescalina y la Dietilamida del Ácido Lisérgico (LSD), son las principales drogas alucinógenas.
Las dos primeras se obtienen de unos hongos alucinógenos y de un cactus alucinógeno (peyote) que se pueden encontrar en México y en el sur de Estados Unidos, mientras que la última se sintetiza en el laboratorio y se ingiere en un terrón de azúcar empapado en la droga o en forma de “pastillas”.
Recientemente también se mezclan con tabaco y se fuman.
El LSD es diez veces más fuerte que la psilocibina, y cien veces más potente que la mescalina. Los efectos de los alucinógenos son :
alucinaciones visuales y alteración en la percepción de los colores, formas y texturas
distorsión del sentido del tiempo y del espacio
alteración de la imagen corporal y extrañas sensaciones internas
dilatación de la pupila, visión borrosa, temblores, taquicardia y sudoración.
Algunos sujetos relatan “viajes” de gran angustia y pánico, e incluso reacciones peligrosas como saltar desde una ventana porque piensan que van a volar. Esto último también se ha descrito en algunos brotes psicóticos.
Cuando una noche se ha consumido alguna de estas sustancias al dia siguiente la persona refiere padecer undolor en la mandíbula al apretar los dientes.