¿Sabías que…..
hace 20 años a la prestigiosa revista The Lancet le colaron un gol que ha tenido consecuencias graves para muchos niños?
Nos estamos refiriendo al, posteriormente demostrado como falso, artículo del médico inglés Andrew Wakefield vinculando la vacuna triple vírica con el Autismo. La citada vacuna triple vírica contra el sarampión, las paperas y la rubéola se venía poniendo a millones de niños en el mundo, librándoles, en algunos casos, de la muerte y, en otros, de graves secuelas, como la encefalitis o la sordera permanente del sarampión.
Las autoridades inglesas quitaron a Wakefield la licencia para ejercer como médico. Los coautores y la revista se retractaron de lo publicado, pero el daño estaba hecho. Desgraciadamente Wakefield sigue irreductible afirmando que su teoría es cierta, por más que haya ya numerosos trabajos científicos desvinculando el autismo de las vacunas.
Desgraciadamente durante estos veinte años las tasas de vacunación cayeron en muchos países civilizados. Solo en el Reino Unido se han contabilizado cientos de casos de sarampión, muchos de ellos graves e inclusive se produjeron varias muertes por esta enfermedad infecciosa.
En Europa se han multiplicado por cuatro los casos de sarampión, y en el pasado año 37 niños no vacunados murieron por esta misma enfermedad.
Recientemente se han dado en los Estados Unidos de América (Especialmente en California y Minnesota), donde curiosamente se dio por eliminado el sarampión en el año 2.000, miles de casos de niños con polio, varicela y otras enfermedades infecciosas que se pueden evitar o sufrirlas en forma leve si los niños son vacunados. Parece ser que se han dado más en colectivos que bajo el marchamo de “lo natural” o bajo creencias de ciertas sectas religiosas propugnan la no vacunación infantil.
Desde aquí animamos a las familias a que vacunen a sus hijos. El autismo no está ocasionado por vacuna alguna y, por otro lado, el autismo existía mucho antes de que se descubrieran las vacunas.
(Editado por la Dra. Moya Guirao)