¿Sabías que…..
según un estudio, las células secretoras de IgA (Inmunoglobulina A) pueden recubrir la barrera hematoencefálica, impidiendo que la Cocaína penetre en el cerebro?
El citado estudio, titulado “Anti-Cocaine IgA Rather Than IgG Mediates Vaccine Protection from Cocaine Use“, ha sido dirigido por el Dr. Thomas Richard Kosten, del Menninger Department of Psychiatry, de la Universidad de Houston, USA.
Los científicos de esta investigación categorizaron los niveles de anticuerpos de cada sujeto participante de la siguiente forma: IgA: <1000, <5000, <10 000 y >10 000; y para IgG: <10.000 a >100.000. A continuación, compararon estos grupos de anticuerpos con la toxicología urinaria después de trascurridas nueve semanas en 130 sujetos a los que se les había administrado las vacunas. En total, el 76% de los sujetos eran hombres y el 72% eran afroamericanos, con una edad media de 46 años, y habían consumido cocaína en promedio de 13 días al mes al comienzo del estudio.
La investigación duró 24 semanas en las que se tomaron muestras de sangre para determinar la “succinil-norcocaína conjugada” con la proteína B de la toxina del cólera, y los metabolitos de la cocaína en orina tres veces por semana. A los sujetos participantes se les administraró una serie de cuatro vacunaciones en la primera, tercera, quinta y novena semana.
En todos los individuos de este estudio que recibieron la vacuna (vacuna conjugada de toxina del cólera succinil norcocaína), los niveles de IgA se asociaron con disminuciones en la orina de metabolitos de la cocaína. Ademas, se examinó en el grupo de control, que solo recibió placebo, la presencia en orina de un metabolito de la cocaina llamado “benzoilecgonina“.
El resultado de este y otros estudios abren la puerta a que las vacunas puedean solucionar la adicción a drogas tan dañinas y consumidas en la actualidad como la cocaína. Un tratamiento a base de vacunas podría producir anticuerpos que bloquearan los efectos de las drogas al impedir que las mismas penetren en el cerebro, previniendo además las recaídas de los drogadictos y las muertes por sobredosis.
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(Editado por la Dra. Moya Guirao)