¿ Sabías que…..
el famoso médico alemán Georg Grodeck (1866-1934), considerado el padre de la Medicina Psicosomática, dijo la frase siguiente sobre el egoísmo: “El egoísmo no tiene nada de malo, sino que es el fundamento de nuestra existencia“?
Pues bien, sobre egoismo y generosidad va a tratar este pequeño post.
Son muchos los experimentos que se realizan diariamente en el mundo, algunos de ellos tan curiosos como el que realizaron hace unos meses los investigadores Graig Parks, de la Washington State University y Asako Stone, del Desert Research Institute, en Nevada, ambas universidades de Estados Unidos de América, sobre el egoísmo y la generosidad, publicado en el Journal of Personality and Social Psychology.
En este estudio se trabajó con una muestra compuesta por estudiantes de Psicología. A estos chicos se les pidió jugar un juego en el ordenador con otros cuatros estudiantes virtuales identificados con colores. Todos los participantes en esta investigación, tanto reales como virtuales, poseían 10 puntos en cada ronda del juego. Los estudiantes podían conservar todos sus puntos o poner unos pocos puntos en un “gatito”. El incentivo para poner puntos en el gatito era que su valor se duplicaba. Seguidamente, a los participantes se les permitió retirar hasta la cuarta parte de los puntos que habían sido aportados por los otros cuatro jugadores para ponerlos en su propio banco personal.
Pero, si tomaban menos de una cuarta parte, al terminar la partida se les daba un bono si el gatito superaba un cierto umbral. Este bono podía ser convertido en tikets para comida.
Los investigadores hicieron que tres de los cuatro jugadores virtuales aportaran bastantes puntos a los gatos, mientras que el cuarto no lo hacía.
Al acabar la primera parte de la investigación se les preguntó a los participantes con cuál de los jugadores estarían dispuestos a jugar otra ronda. El resultado fue que los estudiantes respondieron que no volverían a jugar con el sujeto egoísta, pero, para sorpresa de los investigadores, afirmaron que tampoco lo harían con el excesivamente generoso. Al preguntarles el por que, respondieron que el desinteresado les hacía a ellos quedar como “los malos“, mientras que él quedaba como “el bueno“.
La conclusión final de este trabajo fue que a los seres humanos nos desagradan las personas egoístas, pero también los sujetos excesivamente generosos.
(Editado por la Dra. Moya Guirao)
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