La autoestima se va formando desde el momento mismo del nacimiento.
Pregunta: ¿Cómo puedo aumentar la autoestimade mi hijo?
Respuesta : La autoestima se va formando desde el momento mismo del nacimiento a través del cariño, y más adelante haciéndole sentir que esvalioso. Por el contrario, baja la autoestima es el resultado de carencia afectiva, humillaciones y mal trato. Un niño con buena autoestima tendrá una gran confianza en sí mismo.
En resumen, la alta o baja autoestima depende de la calidad de las relaciones del niño con los adultos que le rodean, especialmente con los que son importantes para él.
En las psicoterapias, psicólogos y psiquiatras, se trabaja el aumento de la autoestima.
La Autoestima es lo que cada persona siente sobre sí misma, y ésto tiene que ver con la sensación de valía personal que tenemos acerca de nosotros mismos.
Son muchos los trastornos psíquicos en los cuales encontramos una baja autoestima.
Subir la autoestima de estas personas es una parte importante de la labor que se debe realizar en la psicoterapia de las mismas. En nuestra consulta utilizamos para tal fin la Psicoterapia Psicoanalítica.
una de las mejores publicaciones sobre psicología infantil dirigida a padres y educadores, no a profesionales, es el libro titulado “El niño feliz”?
El niño feliz, fue editado por la editorial Gedisa en 1983, fue escrito por Dorothy Corkille Briggs. La autora trabajó durante años como psicóloga de niños y pedagoga.
El libro, aun a pesar de los años transcurridos, sigue aportando ideas valiosas. El niño feliz está escrito en un lenguaje claro, sencillo y conciso. La autora habla de los problemas en el trato y la educación de los niños que muchos padres han de enfrentar a diario.
Los temas que se tratan en el libro son los siguientes:
Las bases de la salud mental: Una alta autoestima. Dice la autora: “La clave del éxito de los padres reside en ayudar a los niños a desarrollar una alta autoestima“.
Los propios anhelos insatisfechos y los conflictos no resueltos de los padres. “Las expectativas de los padres deben ser realistas“.
El clima del AMOR y el desamor. “El distanciamiento hace que el niño se sienta no querido“.
Confianza y seguridad en uno mismo. “Algunos de los niños más infelices provienen de familias excesivamente tolerantes“
El enjuiciamiento y la culpa. “La culpa excesiva constituye el núcleo de muchos desórdenes emocionales“.
Ser dueños de nuestros sentimientos y la expresión de los mismos. “Es bien interesante el hecho de que cuando uno se pone en el lugar de los niños y trata de ver el mundo desde el punto de vista de ellos, descubre a menudo lo razonable de sus proposiciones“.
La empatía y las actitudes. “La sensibilidad al lenguaje corporal es esencial para la empatía“.
El código de la ira y las emociones. En el la Dra. Corkille habla de las diferentes emociones que los padres sienten hacia sus hijos: temor, frustración, fatiga, culpa, preocupación, confusión, decepción, etc.
Los celos y su manejo. “Los celos se producen cuando nos sentimos en desventaja“.
Motivación, Inteligencia y creatividad. “El crecimiento intelectual no se produce aparte del crecimiento emocional; ambos están ligados entre sí“.
En la conclusión final del libro Dorothy Corkille recuerda la famosa frase de Aristóteles respecto a la felicidad: “La felicidad es estar satisfecho con uno mismo“.
según una investigación reciente la disciplina severa aumenta el riesgo de que los niños desarrollen problemas de salud mental ?
Según la citada investigación, en la que participaron 7.507 niños irlandeses (de 3, 5 y 9 años) del estudio de cohortes “Growing Up” de Irlanda, la excesivamente dura disciplina de los padres pone a los niños pequeños en riesgo de desarrollar problemas de salud mental. Aquellos niños expuestos a una crianza “hostil” cuando tenían tres años tenían 1,5 veces más probabilidades de tener síntomas de salud mental a los nueve años. Para los investigadores de este estudio, de la Universidad de Cambridge y el University College Dublin, un trato duro frecuente sería: gritarles a los niños con regularidad, aislarlos como castigo cuando se portan mal, castigos físicos, dañar su autoestima o castigar a los niños de manera impredecible dependiendo del estado de ánimo de los padres.
Los investigadores registraron los síntomas de salud mental de los niños a los tres, cinco y nueve años. Estudiaron tanto los síntomas de salud mental internalizados (como la ansiedad y el retraimiento social) como los síntomas externalizados (como el comportamiento impulsivo y agresivo y la hiperactividad). Los datos de salud mental se capturaron utilizando una herramienta de evaluación estándar llamada “Cuestionario de Fortalezas y Dificultades“.
Por el contrario, una crianza cálida y positiva de ayuda a los niños en su desarrollo psicológico. Pero, los padres también deben establecer expectativas y reglas claras, estableciendo límites firmes al comportamiento de sus hijos, pero de una manera razonable.
Pero en nuestra opinión no solo el “factor padres” determina solo y completamente los resultados de salud mental, puesto que la salud mental de los niños está determinada por múltiples factores de riesgo.
El estudio al que nos estamos refiriendo, titulado “Population heterogeneity in developmental trajectories of internalising and externalising mental health symptoms in childhood: differential effects of parenting styles“ y dirigido por Ioannis Katsantonis, ha sido publicado en la revista científica Epidemiology and Psychiatric Sciences.
Hoy día se habla con naturalidad de los celos infantiles, de la importancia de la relación madre-hijo, o de la influencia de los primeros afectos para una buena autoestima. En la actualidad no sorprende a nadie que una persona que sufrió un atentado terrorista o una violación pueda estar afectada por dichas experiencias. Pues bien, fue Sigmund Freud el primer médico que sostuvo que las experiencias vividas determinaban el equilibrio psíquico de la persona.
Freud en su práctica clínica fue investigando y descubriendo el porque de los síntomas. A finales del siglo XIX se creía que la mente enferma era distinta a la mente sana (estructuralmente hablando), y fue el padre del psicoanálisis quien descubrió que tal diferencia no existía. Tambiénse pensaba que las enfermedades mentales eran producidas por anomalías o trastornos del sistema nervioso y por eso se les llamaba enfermedades nerviosas; pero Jean Charcot demostró que la histeriano seguía la Anatomía ni la Fisiología nerviosa.
A Sigmund Freud le guiaba una incansable búsqueda de la “verdad” y del “por qué”. Freud pensaba que los síntomas debían tener alguna explicación, y ello le llevó a buscar las causas de los trastornos nerviosos.
Freud fue un pionero que rompió muchas barreras en el entendimiento y cura de los trastornos mentales. Freud empezó con la técnica terapéutica a partir de las neurosis, y después vino la teoría. Las teorías de Freud no son un catecismo, ni el psicoanálisis es una religión. Freud mismo fue modificando sus teorías a medida que surgían nuevos descubrimientos. Como afirmaba Freud: “Cuando los datos empíricos o los hechos contradicen la teoría, ésta debe ser modificada y no los datos”.
Uno de los grandes descubrimientos de Sigmund Freud fue el de que “todo síntoma, al igual que los actos fallidos y los sueños, posee un sentido y se encuentra estrechamente enlazado a la vida psíquica del enfermo”.
Hay dos tópicos con respecto al psicoanálisis y a Freud: que todo es sexual y que el inconsciente domina a la mente del hombre. Ninguna de las dos cosas son ciertas.
Freud era una persona muy culta que conocía bien la mitología clásica, las obras de Goethe, Shakespeare, Darwin, Ibsen, Cervantes, etc. Excelentemente bien dotado para los idiomas, tradujo a Charcot y a Bernheim al alemán. Hablaba, además de su lengua materna, francés, inglés, español e italiano, latín y griego.
La Introducción al narcisismo es una obra de Sigmund Freud que fue editada en el año 1914.
En este post vamos a recoger algunos fragmentos de esta publicación que nos parecen interesantes.
Freud nos recuerda en las primeras páginas como el término narcisismo lo usó por primera vez Paul Näcke en 1899, quién afirmaba que “un narcisista es aquel individuo que toma como objeto sexual su propio cuerpo y lo contempla con agrado, lo acaricia, y lo besa, hasta llegar a una completa satisfacción”. El nombre se tomó en referencia a Narciso, un efebo griego, que según la mitología se enamoró de sí mismo al contemplar su propia imagen en el agua de un arroyo.
Más adelante, dice Freud: “La libido sustraída al mundo exterior ha sido apartada al yo, surgiendo así un estado al que podemos dar el nombre de narcisismo“. Y continua hablando de la libido del Yo y la objetal sosteniendo lo siguiente: “cuanto mayor es la primera, tanto más pobre es la segunda. La libido objetal nos parece alcanzar su máximo desarrollo en el amor, el cual se nos presenta como una disolución de la propia personalidad en favor de la carga de objeto y tiene su antítesis en la fantasía paranoica del fin del mundo“.
También escribe Sigmund Freud en este capítulo de la Hipocondría: “El hipocondríaco retrae su interés y su libido, con especial claridad ésta ultima, de los objetos del mundo exterior y los concentra ambos sobre el órgano que le preocupa“.
Respecto a las mujeres narcisistas dice Freud: “En las mujeres narcisistas vemos una complacencia por sí mismas que las compensa de las restricciones impuestas por la sociedad para su elección de objeto. Tales mujeres sólo se aman, en realidad, a sí mismas y con la misma intensidad con que el hombre las ama. No necesitan amar, sino ser amadas, y aceptan al hombre que llena esta condición“.
Además en este libro desarrolla Freud el concepto de “YO ideal“.
“La formación de un yo ideal es confundida erróneamente con la sublimación de los instintos; el que un individuo haya trocado su narcisismo por la veneración de un yo no implica que haya conseguido la sublimación de sus instintos libidinosos. El yo ideal exige ésta sublimación, pero no puede imponerla. La sublimación continúa siendo un proceso distinto, cuyo estímulo puede partir del ideal, pero cuya ejecución permanece totalmente independiente de tal estímulo; precisamente en los neuróticos encontramos máximas diferencias de potencial entre el desarrollo del yo ideal y el grado de sublimación de sus primitivos instintos Libidinosos“.
Respecto a la autoestima escribe: “La autoestimación nos parece ser una expresión de la magnitud del yo ; todo lo que una persona posee o logra, cada residuo del sentimiento de la primitiva omnipotencia confirmado por su experiencia, ayuda
en el año 1917 Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, publicó un interesante libro titulado “Duelo y Melancolía”?
En dicha publicación, entre otras cosas, Freud explica la diferencia entre el proceso de duelo por la pérdida de un ser querido, que es totalmente normal, y la Melancolía patológica (**).
Dice Freud: “El duelo es, en por lo general, la reacción a la pérdida de un ser amado o de una abstracción equivalente: la patria, la libertad, etc…….La melancolía se caracteriza psíquicamente por un estado profundamente doloso, un cese del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de todas las funciones y la disminución de amor propio. Esta última se traduce en reproches y acusaciones, de que el paciente se hace objeto a si mismo, y puede llegar incluso a una delirante espera de castigo“.
Y continúa: “El melancólico muestra, además otro carácter que no encontramos en el duelo; una extraordinaria disminución de su amor propio (*), o sea un considerable empobrecimiento de su Yo. En el duelo, el mundo aparece desierto y empobrecido ante los ojos del sujeto. En la melancolía es el Yo lo que ofrece estos rasgos a la consideración del paciente. Éste nos describe su Yo como indígno de toda estimación, incapaz de rendimiento valioso y moralmente condenable. Se dirige amargos reproches, se insulta, espera el castigo, se humilla ante los demás, compadece a los suyos por estar ligado a una persona tan despreciable, etc.
Observamos también en el melancólico el deseo de comunicar a todo el mundo sus propios defectos, como si en este rebajamiento encontrara una satisfacción”.
Y añade Sigmund Freud: “Sus lamentos son quejas; no se avergüenzan ni se ocultan..La peculiaridad más singular de la melancolía es su tendencia a transformarse en manía, o sea en un estado sintomáticamente opuesto. Sin embargo, no toda la melancolía sufre de esta transformación. Algunos casos no pasan de recidivas periódicas, cuyos intervalos muestran cuanto más un ligerísimo matiz de manía. Otros presentan aquella alternativa regular de fases melancólicas y maníacas que constituye la locura cíclica”.
En este último apartado Sigmund Freud describe lo que hoy en día conocemos como Depresión o “Trastorno Bipolar”
según un reciente estudio la gente en general tiende a subestimar la impresión que causa en los demás?
Es decir, creen que generalmente gustan menos a otros sujetos de lo que realmente sucede, y que los otros suelen disfrutar poco de su conversación.
El estudio no se refiere a la gente que tiene tímidez o con fobia social, y con muy baja autoestima que siempre temen causar mala impresión en los otros y tienen miedo al rechazo, a no decir cosas interesantes, etc. Los investigadores realizaron su trabajo con gente que no tiene problemas de socialización y que tenían diferentes tipos de personalidad, y en ellas encontraron que la aceptación es mayor de lo que ellas piensan.
La muestra utilizada fue de estudiantes de universidad que iban a compartir habitación con otros compañeros y que en un primer momento pensaron que la impresión causada en su nuevo compañero había sido peor de lo que realmente fue. Y no solo eso, sino que la subestimación duró varias semanas.
La citada investigación fue publicada en la revista científica Psychological Science bajo el siguiente titulo: “The Liking Gap in Conversations: Do People Like Us More Than We Think?”, ha sido realizada bajo la dirección de Erica Boothby, investigadora de la Universidad de Cornell