
¿Sabías que…
el miedo extremo y patológico a los truenos se denomina brontofobia?
Etimológicamente, el término brontofobia proviene de dos palabras griegas: bront?, que significa “trueno”, y phóbos, que significa “miedo” o “temor”.
Los médicos y psicólogos que son psicoterapeutas, es decir, que emplean la psicoterapia como tratamiento, pueden abordar eficazmente este tipo de fobia. En la actualidad, no existe un medicamento específico para tratar las fobias; únicamente se utilizan ansiolíticos para controlar la ansiedad que suele acompañarlas.
Otras fobias climáticas comunes serían las siguientes:
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Astrafobia:
Miedo extremo a los relámpagos. A menudo se presenta junto con la brontofobia (trueno), ya que ambos fenómenos ocurren simultáneamente durante tormentas eléctricas. -
Lilapsofobia:
Miedo intenso a los tornados o huracanes. Es común en personas que han vivido eventos meteorológicos extremos o desastres naturales. -
Nefofobia:
Temor irracional a las nubes. Puede asociarse con la anticipación de tormentas o cambios bruscos del clima. -
Anemofobia:
Miedo al viento. En casos extremos, el sonido o la fuerza del viento puede provocar ataques de pánico. -
Cheimafobia (o quionofobia):
Miedo al frío, al hielo o a la nieve. Puede estar ligado a traumas o accidentes previos relacionados con climas fríos. -
Heliofobia:
Miedo al sol o a la luz solar. En algunos casos, está relacionado con condiciones médicas como la fotosensibilidad, aunque también puede ser puramente fóbico.
(Editado por la Dra. Moya Guirao)






